Como si el mar, el cielo y las estrellas no fueran lo suficientemente bellos, como si no le bastara al mundo de ellos para ser especial. Llegas tú, como un manto estelar, como una aurora boreal, como al místico, algo inexistente, tanta belleza no puede creerse. Toda la belleza de los mares, de los cielos, de las estrellas, y de cosas que aún no conocemos concentrada en ti, en tu perfecta sonrisa, en tu mirada profunda y tranquila y entonces... entonces entro en paz y ya nada me puede impedir ser feliz, pues estoy junto a ti.
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