21 de mayo de 2012

Oh luna...

Te mire y me perdí en tus ojos,
una mirada que llenaba el vacío de tu silencio.
Que ironía mientras te encontraba yo me iba perdiendo,
me perdía en tu aroma, en tu risa, y en tu cuerpo.
¿Qué debería hacer? Ya no hay forma de liberarme de ese amor
 que como suave frasada me ata y me inmoviliza
ya no sé ni quien soy, sólo sé que vivo por ti y para ti.
Le he pedido a la luna que te cuente como yo te amé
que te diga lo que por ti yo pasé.
¡Oh Luna! dile a mi señor, que este amor me ha hecho prisionera
y si es necesario, a él, le doy mi vida entera. 
Que es por él que mis noches no son oscuras, 
y si algo me llena es el arrullo de su voz, de su suave voz.
¡Oh Luna! ve y dile que sin el no vivo, no respiro... no sobrevivo. 

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