Él, que en su tierna mirada me pierdo,
él, que con su suave voz me arrullo,
él, que con su sonrisa traviesa me llena,
él, que a mi vida dio rumbo,
él, que se burla de la belleza mortal posellendola toda en
cada parte de su ser,
él, que rebasa cualquier límite de perfección,
él, que carece de defectos y le sobran las virtudes,
él, que como mayor virtud tiene el equivocarse y rectificar,
él, que con su sola presencia el cielo más gris lo torna
azul,
él, que tiene magia en los ojos y con sus miradas te atrapa
y sus sonrisas te enamora,
él, que como aquel exquisito libro, siempre deja un buen
sabor de boca.
Cada cosa que posee, que realiza, no es especial, es él...
Él, a quien hoy le entrego mi vida, mi futuro, mis sueños,
mis deseos y mis anhelos.
Él, el único capaz de sacarme sonrisas tras las
lágrimas más amargas,
él, con quien quiero compartir cada uno de mis días del
resto de mis vidas,
él, que sin ser agua calma mi sed, sin ser luz alumbra
mi camino,
sin ser ave me lleva a volar, sin ser irreal es
perfecto.
Él, que por nombre lleva Daniel.
Él a quien le dedico mis letras baratas.
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